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Despido objetivo, ¿en qué consiste?

Un aviso de que debes pasarte por recursos humanos hace que salten las alarmas inmediatamente. Lamentablemente, es una situación que se ha venido repitiendo una y otra vez durante estos últimos años en todos los sectores y para cualquier posición. Esto ha hecho que más personas tengan conocimientos sobre sus derechos laborales, pero no está de más conocer las diferencias entre un tipo de despido y otros.

La finalización de la relación laboral entre trabajador y empresa por causa de un despido puede estar motivada por diferentes circunstancias que garantizarán derechos en unos casos o supondrán la pérdida de los mismos en otros. Las características de un despido por causas objetivas pueden estar desencadenadas por razones atribuidas a la empresa o por particularidades del trabajador. Estas son las causas de un despido objetivo.
Causas del despido objetivo
El despido motivado por causas objetivas aparece detallado en el Estatuto de los Trabajadores en el artículo 52. Estos son los motivos que lo justificarían:
Considerar que no eres apto para el puesto, sobrevenido con posterioridad a la colocación efectiva en la empresa.
Porque no te adaptes al puesto de trabajo. La empresa debe haberte ofrecido formación previa para que te adecues y deberán transcurrir al menos dos meses desde que se haya modificado el puesto.
Cuando se produzcan alguna de las causas para el despido colectivo, pero afecte a menos empleados. Es decir, cuando el despido este fundado en causas económicas, técnicas, organizativas o de producción.
En febrero de 2020, gracias al RD 04/2020, se derogó la letra d. del artículo 52 que posibilitaba el despido objetivo por un determinado porcentaje de faltas tanto injustificadas como justificadas. Desde ese momento la extinción del contrato por causas objetivas, según el Estatuto de los Trabajadores, queda reducida a cuatro, en vez de a cinco motivos.
Derechos ante un despido objetivo
Es fundamental tener una idea general sobre los derechos que te amparan ante un despido antes de que se produzca. El bloqueo emocional ante esta desagradable noticia puede que te impida reaccionar de forma favorable a tus intereses. Estos serían, de forma resumida, los derechos que debemos hacer valer frente a un despido de este tipo.
Debes recibir una comunicación por escrito donde quede reflejada la causa del despido.
Deben poner a tu disposición la indemnización de 20 días por año trabajado, con un máximo de doce mensualidades.
Te concederán un plazo de preaviso de 15 días, desde la entrega de la comunicación personal hasta la extinción del contrato de trabajo.
Tienes derecho a una licencia de seis horas semanales con el fin de buscar nuevo empleo.
Este despido será nulo si se dan estas en alguna de las siguientes circunstancias:
Por maternidad o similar, riesgo o enfermedades derivadas.
Embarazo, excedencia por cuidado de un familiar, por violencia de género

¿Qué hacer ante un despido objetivo?
Es muy importante que se tengan en cuenta una serie de cuestiones para no perder ningún derecho por no cumplir con los plazos u otras formalidades.
Recopila y revisa la documentación que acompaña al despido y que deberá entregar la empresa:
Repasa la carta de despido y asegúrate de que aparezca claramente indicada la causa del despido y la fecha. Este documento es imprescindible para garantizar que se ha cumplido con la exigencia de los quince días de preaviso. La empresa también puede optar por pagar estos quince días.
Revisa las cantidades de liquidación del contrato, lo que se conoce como finiquito. Deberán aparecer los días del mes trabajados hasta el momento del despido y la parte correspondiente a la paga extra y las vacaciones no disfrutadas.
Comprueba que te han entregado la indemnización correspondiente, en este caso serán veinte días por año trabajado.
Solicita el certificado de empresa, aunque es habitual que la empresa lo envía directamente al SEPE (Servicio de Empleo Público Estatal).
Puesto que el despido es algo que normalmente pilla por sorpresa y provoca un gran impacto emocional que impide pensar con claridad es aconsejable que todos los documentos que firmes en ese momento se haga en presencia de un representante de los trabajadores en la empresa y utilizando algún formulismo como “no conforme” que te permita revisar posteriormente, con más calma y con algún especialista en derecho laboral toda la documentación.
A continuación, puedes solicitar la prestación por desempleo teniendo en cuenta que para pedirla tienes un plazo máximo de quince días hábiles desde el último día trabajado a los que se sumarán los días de vacaciones no disfrutadas. Previamente deberás darte de alta como demandante de empleo en las oficinas de empleo de tu Comunidad Autónoma.
En caso de que no estés de acuerdo con las causas del despido puedes iniciar los trámites para presentar una demanda. El plazo no puede exceder los 20 días desde el momento del despido (por eso es tan importante revisar que la fecha del despido sea la correcta). En primer lugar, habrá una sesión de conciliación por si se llega a algún acuerdo sin necesidad de que se celebre un juicio. En caso de que no haya acuerdo por ninguna de las dos partes el juzgado correspondiente establecerá una fecha para el juicio.
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